Por: Donanselmo Ernandes
Sahuayo, Mich.-.
Por medio de estas letras quiero desenmascarar a un político sahuayense.
A ese que anda por las calles saludando a la gente como si fueran amigos de toda la vida.
Un político que nadie había visto nunca por su barrio y hoy aparece por todos lados sonriendo y tomándose fotos con gente que no conoce; misma gente que hace un mes tampoco sabían quien es él.
Quiero hacer del conocimiento público las razones por las cuales esta persona debería estar en prisión actualmente en lugar de contender por un puesto político.
«LO HAGO RESPONSABLE» directamente a él de cualquier daño que me llegara a pasar a mí, a mis seres queridos y a mis pertenencias.
A mis setenta y ocho años de vida, tuve tres esposas, doce hijos, un chingo de nietos y actualmente vivo con mi esposa y mi novia. El miedo no es un factor que me detenga.
Cuando tenía 6 años salíamos con mi primo José a cazar huilotas y las tumbábamos con un piedra, a veces con una piedra tirábamos tres huilotas. Eran tiempos en que los niños podían andar por ahí sin preocupaciones, no había tanto viejo puerco como ahora.
Es más; casi nadie tenía bicicleta, caminábamos horas para ir a traer un poco de agua y aún recuerdo una vez que Doña Mago nos regaló ranitas antes de irnos a la parcela a robarnos los rábanos.